¡Somos patrocinadores!
El sábado pasado estaba en Viña viendo televisión y la falta de cable y la mala programación de la noche me dejó pegada viendo un programa tipo "llame ya" sobre una fundación que mejoraba las condiciones de vida de niños y sus familias de bajos recursos. La ayuda la prestan a través de patrocinadores, que se comprometen a pagar una mensualidad y entregarle cariño a un niño o niña en particular. Me conmovió tanto, tanto el programa que después de botar unos lagrimones me decidí a llamar.
Me explicaron todo lo que era necesario para patrocinar a un niño y me terminé de convencer. Lo conversé con Gabriel y lo decidimos entre los dos. El lunes en la mañana me llamó una ejecutiva de la fundación y hoy en la tarde llegó el recaudador a mi oficina, con una foto del chiquitín y los datos sobre su familia y su condición. Lo ví y me enamoré. Nos tocó un niñito precioso (Gabriel escogió que fuera hombre y entre los dos acordamos la edad), y lo más importante, que necesita mucho de nuestra ayuda.
Lo lindo de esto es que no sólo te comprometes con plata sino también se genera un lazo, a través de cartas, regalos... hasta videoconferencias se pueden arreglar. Nuestro seudo-hijito-adoptivo-patrocinado no vive en Santiago, pero se pueden coordinar visitas si es que llegamos a ir por esos lados, eso sí, siempre a través de la fundación.
Estamos felices con esta iniciativa, estuve todo el día esperando conocer a nuestro patrocinado y cuando llegó el señor con la foto y sus datos de verdad sentía como si me estuvieran entregando una guaguita... no sé algo raro, pero muy, muy lindo. ¡Bienvenido a la familia P.A.C.!