Miss Catrina Chatrán

Hace ya mucho tiempo que tengo este blog y nunca he escrito nada sobre mi Catrina... ¡imperdonable! Es por eso que hoy, me armé de ánimos y aquí va el tributo virtual que ella tanto se merece.
La Catrina es el típico peluche que todos tenemos desde chicos. Llegó a mis brazos directo de Buenos Aires. Yo debo haber tenido unos ocho años y recuerdo que es día estaba con fiebre. Mis papás llegaron de su viaje y sin despertarme la dejaron arriba de mi cama mientras dormía. Me desperté y ahí estaba, una linda gatita con vestido de campesina, con pelos blancos y laargos. La gracia de este peluche era que uno la zamarreaba y se peinaba sola, ¡imagínense lo largo que tenía el pelo!
Sin ganas de usar mi creatividad, la bauticé con el mismo nombre que tenía escrito la tirita cocida a su "derrier": Catrina.
Unos años después, me di cuenta que varias personas tenían su Catrina, que a esas alturas ya había sido importada a Chile. Fue entonces cuando decidí darle un sello único: su segundo nombre Chatrán. ¿Y por que Chatrán? Porque ví una película donde salía un gatito que se llamaba así.
Durante toda mi infancia la Catrina fue mi gran compañera, me la llevaba a todas partes: alojadas afuera, pijamas party, vacaciones, retiros, etc. También era blanco de la broma de mis hermanos, quienes me la escondían, la colgaban de un sexto piso para abajo, la dejaban en altura... causando mi llanto desconsolado.
Hoy, la Catrina goza del derecho de ser el único peluche que me traje a mi depto. de casada. ¿Y cómo la iba a dejar, si SIEMPRE ha estado conmigo?
Pero la Catri ya no es la misma lolita que llegó de Buenos Aires, los años le han pasado y se le nota ¡hemos crecido juntas! Ya no es peluda, si no que más bien "apermasada", y ya no es blanca sino que gris. Y no luce su vestido de campesina, sino un buzo amarillo (su tenida de invierno) y lo peor! se puso turnia! ... o siempre lo fue? No sé, pero sigue siendo hermosisísma a mis ojos.
Gabriel la aceptó y la adoptó como hija-mascota, con la única condición que se diera unas vueltas en la lavadora. No se le fue lo gris, pero quedó olorocita!
Y bueno, esa es mi gatita: Chatrán, Catrina Chatrán... ¡Catri pa las amiguis!