Adiós compañero fiel

Esto no fue un hasta luego. No fue un nos vemos ni un hasta mañana. La despedida fue un "hasta nunca". Sí, una parte de mí se ha ido para no volver jamás. Quizás, una de mis partes más características.
No fue fácil tomar la decisión. Incluso, mientras lo extraían me pregunté "¿Qué estoy haciendo??" 23 años junto a mí y yo, sin ninguna compasión, hice que me lo sacaran.
Una persona que me conoció con lunar quizás no me reconozca si me vuelve a ver en muchos años más... "¿Es la Mari? - se preguntarán - No, no es... no tiene su típico lunar". ¡Sí soy yo! Sigo siendo yo misma, sólo que ya no tengo el lunar que tuve tanto tiempo en el lado derecho de mi nariz.
Es fuerte mirarme al espejo y no tenerlo. Algo me falta, pero algo gané a la vez. La ausencia de mi lunar dejó el orgullo que siento por haber atrevido a sacármelo.
Alguna marca tiene que quedar. Los compañeros tan fieles no se van sin dejar huella. No se olvidan ni se entierran en la memoria. Su recuerdo siempre quedará, y estoy segura que nunca nada ocupará su lugar.
2005, un año lleno de cambios. Pasé de ser la Willa a ser la Mari, de ser soltera a estar felizmente comprometida, de tener mi lunar, a no tenerlo...
Gracias lunar por estar siempre ahí, pero ya llegó la hora de despedirnos: Adiós compañero fiel.